La Gran Guerra y la literatura escandinava: Dinamarca

Emilio Quintana
Estocolmo, Suecia

Per Krogh: Per Krogh: "La granada" (1916)

Dinamarca

Durante la Gran Guerra y durante el período posbélico, Copenhague fue un lugar de encuentro entre artistas y tendencias del continente y Escandinavia. La vanguardia de Copenhague escribe en la revista Klingen (1917-1929), más escorada hacia las artes plásticas. En Klingen se publican los primeros poemas visuales en danés.

Dinamarca no participó en la Gran Guerra («Du Puslingland, som hygger dig i Smug, / mens hele Verden brænder om din Vugge» («Tú Puslinglandia, que disfrutas agazapada / mientras el mundo arde en sus cimientos», escribió el poeta Jeppe Aakjaers, 1916), pero en 1917 había intensos rumores de una posible invasión de Alemania.

Sin embargo, la guerra fue un marco de referencia para toda la producción artística danesa. El «kaotiske Tid» («tiempo caótico») de que hablaba el pintor Mogens Lorentzen en el periódico Politiken con motivo de la exposición Kunstneres Efterårsudstilling (1917).

Aunque Dinamarca no participó en la Gran Guerra, se veía influida por las corrientes artísticas de Europa, donde los artistas cada vez se expresó basado en experiencias concretas de la guerra. En Dinamarca, la experiencia de la guerra que no se dice directamente, pero que se ven afectados por las nuevas tendencias artísticas y estados de ánimo en Europa, pero el arte de hacerse más expresiva en una especie de prueba de nuevas estéticas y formas. .

«Som en vældig Falanx rykker den „nye Kunst“ frem: Franskmænd, Russere, Tyskere, Skandinaver, Polak- ker, Spaniere, alle Landes Kunstnere er paa March» («Las falanges artísticas del «arte nuevo» avanzan en todos los países durante este marzo»). Esta imagen del ceramista danés Axel Salto (1917) incide en la internacionalización del arte y en el concepto paralelo de vanguardia militar y artística.

Esto afecta a la percepción de la realidad a través del arte, ya que provoca una pérdida de sentido de las cosas, un desencanto frente al progreso y frente a la realidad, que se expresa en la forma y en el contenido artísticos. Poetas daneses como Rudolph Broby-Johansen y Emil Bønnelycke cambian su forma de escribir ante las nuevas realidades que destruyen las convenciones de su mundo anterior. En la prosa «Los espartanos» (1919) de Bønnelycke el uso de la repetición en forma de letanía contribuye a subrayar el sisentido y la sensación de pérdida del individuo que queda como una pieza de ajedrez movida por el azar de la alta política y de los intereses industriales (cisnismo y deshumanización).

La Europa anterior a la Gran Guerra se considera el período más desarrollado de la Historia de la Humanidad en términos culturales, éticos y científicos. La pesadilla de una generación de jóvenes europeos pudriéndose en el barro de las trincheras gracias al desarrollo científico de armas como los gases asfixiantes, destruye la percepción de una realidad que va por su camino hacia el perfeccionamiento cultural.

En torno a la guerra (1915-1922) hicieron su début los poetas de la nueva generación de vanguardia danesa:

    Fredrik Nygaard

Debuta en 1915 con Første Digte (1915).

Publica tres cuadernos de poemas escritos en verso libre, con impresiones de viaje recogidas por toda Europa.

Su poesía se acerca, en este sentido, a la de Blaise Cendrars.

    Hans Hartvig Seedorff

Debuta con Vinløv og Vedbend (1916),

    Emil Bønnelycke (1893-1953)

Debuta con Ild og Ungdom (1917). Publica Asfaltens sange («Canciones del asfalto», 1918) en clave futurista, como homenaje al mundo moderno y al manifiesto de Marinetti, que había estudiado antes de la guerra con su amigo Tom Kristensen 1. En febrero de 1919 acompañó con un golpe de pistola la lectura de la prosa poética «Rosa Luxembourg», que dedicó al asesino de la revolucionaria, lo que se convirtió en un evento mediático futurista. Esto creó tendencia por lo que fue respondido en alguna ocasión con tiros también de alguien entre el público.

    Otto Gelsted

Debuta con con De evige Ting.

    Rudolf Broby-Johansen

Tematiza el inconsciente animal en su poema «Soldados por lo que amamos», donde los soldados se transforman en animales mientras violan a una joven. Blod (1922).

    Tom Kristensen

Debuta con Fribytterdrømme (1920).

    Harald Landt Momberg

Debuta con Parole.

3 poemas destacables:

  • Emil Bønnelycke: Spartanerne («Los espartanos», 1919) – uddrag 109-114, in ”Samlerens antologi af nordisk litteratur 9 -1918-1940”, Samlerens forlag, 1979
  • Tom Kristensen: ”Det blomstrende slagsma?l” («El sueño del pirata», Fribytterdrømme, 1920)
  • Rudolf Broby-Johansen: ”Stridsmænd for det vi elsker” («Soldados por lo que amamos», Blod, 1922)

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  • Georg Brandes: Verdenskrigen, 1916
  • Tom Kristensen: ”Den unge lyrik og dens krise”, 1925.

Una lectura histórico-literario de textos que traten sobre las armas químicas en la Gran Guerra es de gran interés. Hablamos sobre todo del gas de cloro (de color amarillento, que destruye el tejido pulmonar por inhalación) y del gas mostaza (un líquido incoloro con olor a mostaza que penetra a través de la piel, y mata las células a corto plazo, desarrollando cáncer a medio plazo).

La Gran Guerra tuvo una inmensa influencia cultural en todos los órdenes de la realidad. El uso de productos y nuevas armas químicas (cloro, pero especialmente los gases venenosos, como el «gas mostaza») cambió en cierto modo la percepción de la realidad en el arte europeo. Las armas químicas están presentes en la literatura de la guerra -en la novela de Erich Maria Remarque, Sin novedad en el frente (1929), en los poemas de los «war ports» ingleses-, y también en la poesía escandinava. Durante la Gran Guerra se usaban granadas para dispersar los gases en dirección a las trincheras enemigas. Era imposible escapar a la muerte, que era violenta y dolorosa. Los gases fueron producidos en grandes cantidades por varias empresas alemanas como BASF, Hoechst y Bayer. Alemania era el país puntero desde principios del siglo XX en el campo de la Química, así como en la fabricación de medicamentos. La Gran Guerra fue la primera vez en que la industria química se puso al servicio del crimen a gran escala.

  1. Destacaría en este libro «Sang till de Draebte» («Canto a los asesinados», pp. 13-18): Pero vuestra muerte os reivindica, afortunados, que muristeis antes de saber por qué… Cuando érais combatientes teníais la idea del honor, y el honor es el vuestro, Alemanes, Franceses, Austriacos, Rusos, Ingleses y Americanos … Beatos nosotros, que hemos escuchado el latir de vuestro corazón y hemos percibido la fidelidad en él, vuestro amor por la vida; porque nos habéis enseñado a vivir»

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