Edith Warton y Nellie Bly: Da fronti opposti. Diari di guerra, 1914-1915 (2011)

Emilio Quintana
Estocolmo, Suecia

    Reseña | Edith Wharton y Nellie Bly: Da fronti opposti. Diari di guerra (1914-1915) (Roma, Viella, 2011). Introduzione, di Luisa Cetti (p. 7-30) - Edith Wharton, Viaggi al fronte. Da Dunkerque a Belfort (p. 31-114) - Nellie Bly, In prima linea sul fronte russo e serbo (p. 115-173)

Edith Wharton era una escritora neoyorquina que se había instalado en Europa después de divorciarse de un banquero de Boston. Le gustaba frecuentar la sociedad literaria parisina y escribir novelas. Con La edad de la inocencia (1920) se convertirá en la primera mujer en ganar el Permio Pulitzer de Literatura.

Nellie Bly era de Pennsylvania, de una familia venida a menos después de la muerte del padre, y se ganaba la vida como periodista desde los veinte años. Fue una de las primeras mujeres en tener una firma fuera de las páginas femeninas de los periódicos, así como en dedicarse al reportaje en vez de a la crónica de sociedad. Se hizo famosa en 1890 por contar para el gran público su vuelta al mundo en 72 días, que hizo bajo la inspiración de la novela de Julio Verne.

En 1914, cuando estalla la Gran Guerra, Wharton tiene 52 años y está en Francia; Bly tiene 50 años y se encuentra viajando por el Imperio Austrohúngaro. A pesar de que la guerra las pilla en ambos sitios por azar, las dos se ponen de parte de uno de los bandos. Salvando todas las distancias, se trata de un caso similar al de Antonio y Manuel Machado. Wharton toma partido por Francia. Bly (antibritánica de sangre, ya que sus abuelos eran irlandeses, y quien sabe si fascinada por las maneras anacrónicas de la Felix Austria) toma partido por el Imperio de los Hagsburgo.

El estilo de ambas escritoras es muy diferente, porque se dirigen a públicos diferentes. Edith Wharton publica en la prensa, pero es por encima de todo una escritora. Nellie Bly es una periodista nata, que busca atraer la atención del público que lee las cabeceras de la cadena Hearst. Mientras una tiende hacia los grandes temas, la otra tiende hacia lo cotidiano, incluso hacia lo amarillista.

Por lo demás, la norteamericana Edith Wharton es una «intervencionista», que piensa que los Estados Unidos deben entrar en el conflicto al lado de los Aliados (de hecho, en la posguerra Francia le concederá la Legión de Honor). La también norteamericana Nellie Bly sigue la orientación hacia la neutralidad de Hearst, la cadena de prensa para la que trabaja, llegando incluso a posiciones pacifistas.

Estamos, por tanto, ante dos visiones diferentes de la Gran Guerra escritas por dos escritoras norteamericanas de casi la misma edad pero desde diferentes puntos de vista. Lo que une a las dos es cierta mirada femenina de la guerra, vivida como acontecimiento traumático, sin ningún tipo de exaltación gerrera ni heróica, ni visiones épicas del campo de batalla. Como dice Luisa Cetti en el prólogo a este libro:

«i due reportage, scritti da zone di guerra tra loro lontane, raccontano orrori simili e gettano lo stesso sguardo smarrito eppure lucido sull´assurda violenza, lo spreco di vite umane e le inutili devastazioni del territorio».

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