Emilio Quintana
Estocolmo, Suecia
Uno de los debates más interesantes de la Gran Guerra en el bando alemán fue el que puso sobre la mesa Johann Plenge (1874-1963) en su libro Der Krieg und die Volkswirtschaft («La guerra y la economía». Borgmeyer, Münster, 1915), ya que defiende que Alemania lucha contra las ideas de la Revolución Francesa. El pensamiento de Plenge fue recogido en Suecia por Rudolf Kjellén (inventor de la «geopolítica»), que opuso a los valores de «libertad, igualdad y fraternidad» los nuevos valores de «orden, justicia y solidaridad nacional» 1.
En la misma línea de Plenge, encontramos la figura de Paul Lensch (1873-1926), nacionalista alemán y marxista. Estas dos características marcan su posición desde el principio de la Gran Guerra. Como todo totalitario, une patria y socialismo, en el intento de crear un «hogar» en el que se identifiquen Estado y pueblo. En su pensamiento nacional-socialista se encuentra el germen de un socialismo nacionalista que se encarnará en el nazismo, doble cara de la misma moneda, como supo ver Friedrich Hayek en Camino de servidumbre.
El nacionalismo germánico de Lensch repudia como anacrónico el «viejo capitalismo, liberal e individualista» de Inglaterra. Aboga por un Imperio Alemán Totalitario, autárquico, proteccionista, fascista o leninista, le da igual (Lenin, Hobson, Bismarck, todo merece la pena). Para Lensch, el Estado es algo históricamente configurado.
En este sentido, confluye con la teoría de la geopolítica del sueco Kjellén. El enemigo a batir es Inglaterra, ya que Alemania representa los valores de la sociedad futura, revolucionaria. Alemania, por tanto, se revela como objeto divino de cambio geopolítico: «Prusia no es un Estado con un ejército, sino un ejército con un Estado», afirma. En cierto modo, sin la infuencia de Lensch sobre Rudolf Kjellén no es posible comprender la creación del Estado socialista del Bienestar sueco, que se desarrolla precisamente después de la Gran Guerra.
- Cf 1789 und 1914: Die symbolischen Jahre in der Geschichte des politischen Geistes, Springer, Berlin, 1916 ↩