Archivo por meses: marzo 2011

La muerte de Umberto Boccioni en la revista sueca «Flamman» (1917)

Emilio Quintana
Estocolmo, Suecia

La muerte accidental del futurista Umberto Boccioni en agosto de 1916 da lugar a una magnífica página de Arturo Ciacelli en la revista «Flamman» (Estocolmo, nr. 4, abril 1917).

Ciacelli era de su misma edad y estaba ya en la capital sueca dirigiendo la Nya Konstgalleriet (Strandvägen 9).

La página es una biografía telegráfica de Boccioni dispuesta tipográficamente junto con cuatro elementos plásticos:

- 2 dibujos de Arturo Ciacelli: un encabezamiento con la fecha de nacimiento del pintor y una rosa, y un dibujo que representa una tumba con una cruz

- 2 reproducciones de obras de Boccioni: una cabeza de hombre con el epígrafe: "planos llenos y vacíos en una cabeza humana", y un fragmento de otra obra que dice: "dinámica del cuerpo humano"

Esta es la traducciön del texto en sueco, tal y como puede verse en la fotografía:

    Umberto Boccioni nació en Padova en 1883.

    1905. ROMA – Giacomo Balla «grande maestro».- mezcla de: IMPRESIONISMO & Segantinismo.- Cenáculo: BOCCIONI – MOSONE – Basilei – Severini – Ciacelli – Costantini & muchos más. Dominante: Segantinismo D´Annunzianismo. 1910. MARINETTI – «Poesie» – !odio del pasado! – «Rose» – FUTURISMO – BOCCIONI: principio dominante: plástica colorista – claridad de planos- DINAMISMO . UNIVERSAL. BOCCIONI crea una pintura de estados mentales. 1er. período: 1911 Exposición en Bernheim. París.- 1912-1913: descomposición plástica. ——————– Escultura Futurista en la galería de la rue Boethie. París. 1913 & 1914: Pintura futurista. Cubismo: TRES DIMENSIONES – !abolidas! – en su lugar Colores simultáneos. [Simultaneismo] – 1915: . . . G U E R R A . . .
    UNICA HIGIENE DEL MUNDO
    Voluntario en un regimiento de caballería
    Caído a los 32 años
    en la feliz espera de la victoria. . .
    en honor de I T A L I A
    LA PATRIA

Svante Nordin: Filosofernas krig. Den europeiska filosofin under första värlskriget (1998)

Emilio Quintana Pareja
Estocolmo, Suecia

    Reseña | Svante Nordin: Filosofernas krig. Den europeiska filosofin under första värlskriget ("La guerra de los filósofos. La filosofía europea durante la Primera Guerra Mundial". Nora, Nya Doxa, 1998).

No tengo noticia de que este libro se haya traducido a otro idioma. Solo disponemos, por tanto, de la edición sueca.

He manejado la obra original en tapa dura de 1998, si bien mi primer contacto con Filosofernas krig fue en una librería de Lund, con motivo de la publicación de la edición de bolsillo en 2002 (cubierta a la izquierda).

Svante Nordin es profesor de Historia de las Ideas en la Universidad de Lund. Conoce muy bien la Historia de la filosofía sueca, y ha escrito un manual de filosofía occidental muy difundido en el sistema escolar sueco. En La guerra de los filósofos. La filosofía europea durante la Primera Guerra Mundial (1998) se centra en las polémicas filosóficas en torno a la guerra de 1914-1918.

El libro consta de 5 capítulos, uno por año: 1914, 1915, 1916, 1917 y 1918. La introducción traza un panorama general del impacto de la guerra en el desarrollo de la cultura europea. Es una obra muy rica en noticias y está muy bien escrita. Aborda la obra de todos los filósofos relevantes de Inglaterra, Francia, Alemania y Austria-Hungría. El índice onomástico del final nos indica una mayor atención por los siguientes nombres:

    Karl Barth, Bruno Bauch, Walter Benjamin, Henri Bergson, Ernst Bloch, Bernard Bosanquet, Émile Boutroux, Martin Buber, Ernst Cassirer, Hermann Cohen, Émile Durkheim, Rudolf Eucken, Ludwig von Ficker, Richard Burdon Haldane, Martin Heidegger, L. T. Hobhouse, Edmund Husserl, Ernst Jünger, Rudolf Kjellén, Emil Lask, Georg Lukács, Thomas Mann, Friedrich Meinecke, George Edward Moore, Paul Natorp, Otto Neurath, Johann Plenge, Romain Rolland, Franz Rosenzweig, Bertrand Russell, Max Scheler. Georg Simmel, Werner Sombart, Edith Stein, Heinrich von Troeltsch, Ferdinand Tönnies, Hans Vaihinger, Max Weber, Ludwig Wittgenstein, Wilhelm Wundt…

Dedica bastantes comentarios al debate filosófico, estableciendo relaciones entre posiciones contrarias como las del inglés Bertrand Russell y la del alemán Ludwig Wittgenstein. El primero se declaró contra el conflicto desde el principio, y dedicó sus esfuerzos en explicar a sus compatriotas los motivos de su pacifismo. Sin embargo, Wittgenstein se alistó voluntario en el Ejército Austro-Húngaro, si bien no por motivos políticos.

ID-Kärte de Ludwig Wittgenstein, 1918Russell fue uno de los pocos pensadores occidentales que vieron el desastre de la guerra sin dejarse llevar por pasiones nacionalistas, a pesar de su amor por Inglaterra. Este hecho lo vivió prácticamente como un apostolado, ya que afirma que fue como si Dios mismo le hubiera dicho que se opusiera a la violencia. Por el contrario, Wittgenstein vivió la vida en las trincheras como una forma de acercarse a Dios mismo y de intentar comprender con más claridad los fundamentos de la existencia humana.

Otro ejemplo característico es el del profesor neokantiano de Jena Bruno Bauch (1877-1942), del que se ocupa en el capítulo dedicado a 1916 (pp. 129-132) a cuento de la publicación de su ensayo «Vom Begriff der Nation» («El concepto de nación») en la revista Kantstudien. Nordin pone en contradicción este texto con las ideas de Ernst Bloch, que sostenía que germanismo y sionismo eran la misma cosa. La respuesta de Bauch se basa en el concepto de «herencia» como base de la nacionalidad. La nacionalidad se hereda por la sangre. La cultura es algo menor y artificial, aunque relevante.

El libro de Nordin es una obra importante que merece ser traducida cuanto antes.

Alfred Hagn (1882-1958). Cubista noruego, espía de los alemanes y teórico del arte inglés en Suecia

Emilio Quintana
Estocolmo, Suecia

Dibujo: Alfred Hagn en el "Aftenposten" (4 julio 1917)

El interés por Alfred Hagn se ha reavivado gracias al libro de Nik Brandal, Eirik Brazier y Ola Teige: Den mislykkede spionen. Fortellingen om kunstneren, journalisten og landssvikeren Alfred Hagn ("El espía fallido. Vida del artista, periodista y traidor Alfred Hagn", Oslo, 2010).

Alfred Hagn (Odda, 1882 – Oslo, 1958) fue un pintor, escritor y restaurador de iglesias noruego. Estudió arte en Copenhague y París. Fue uno de los primeros pintores cubistas escandinavos, pero tuvo unas críticas feroces, especialmente en la exposiciones del Høstutstillingen, a las que se presentó entre 1912 y 1916. En 1917 se definía solo como «futurista».

Espía de los alemanes en Londres

Hagn estuvo del lado de los alemanes tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial. En 1916 se puso en contacto con la Kaiserliche Marine (Marina Imperial Alemana). Los servicios de inteligencia alemanes usaban Noruega como base de operaciones para Inglaterra, debido a la cercanía geográfica. En otoño de 1916 fue reclutado como espía por el servicio de inteligencia alemán y enviado a Londres bajo la cobertura de corresponsal del Dagbladet de Oslo. Llegó a Londres en abril de 1917 con importantes recomendaciones de las autoridades noruegas, pero el 24 de mayo de 1917 fue detenido en su hotel por el MI5, debido a un soplo de los servicios secretos noruegos.

El episodio resultó bastante embarazoso, de modo que tuvo poca repercusión tanto en la prensa británica como en la noruega. Hagn gozó de asistencia letrada por parte de la Embajada de Noruega en Londres, pero fue condenado a muerte el 28 de agosto de 1917 por un tribunal militar británico. El gobierno británico usó el caso para presionar a Noruega, que seguía comerciando con Alemania. Hagn fue indultado y condenado a cadena perpetua en la cárcel de Maidstone. En 1919 fue indultado y devuelto a Noruega.

«Londons Futurisme» (1916)

Antes de que Hagn se viera envuelto en el asunto del espionaje, la revista sueca Flamman («La llama»), dirigida por Georg Pauli, publicó un par de páginas en noruego fechadas en «London, November, 1916» (Flamman, 3, marzo 1917) bajo el título de «Londons Futurisme» («El futurismo de Londres»).

En este texto considera que Londres es la capital del arte mundial, y que el futuro del arte pasa por un sentido del realismo comercial inglés unido al espíritu fresco de sus colonias. Pone como ejemplo la obra de Christopher R. W. Nevinson (1889-1946)

Esta es la traducción en castellano, que se publica por primera vez en traducción mía del noruego, con la ayuda de Ola Teige. He hecho un PDF también:

Es la guerra. En el alarmado CENTRO del Imperio Colonial reina el materialismo, las fuerzas se organizan. Pero el sueño del arte florece todavía en Inglaterra, en su paisaje PASTORAL. El realismo es incapaz de explicar la lucha entre civilizaciones.
Londres trabaja. Pero el país ha idealizado su materalismo. Los muelles de Westminster se elevan destacan graciosamente sobre el tráfago de la ciudad, entre los pulcros bancos del Támesis; los amos del mundo, la potencia colonial. Es el materialismo idealizado. Inglaterra no impone a ningún país ni una cultura espiritual ni una TORMENTA DE BARBARIE.

El comercio florece en los países.

EL COMERCIO ES LA CULTURA DE INGLATERRA.

Los fenómenos culturales de las colonias se miran como un sueño arcaico, sus productos se consideran CURIOSIDADES. Es hora de que la bendición del comercio florezca, una vez que Inglaterra ha comprendido que en el pasado de Europa no existe una cultura espiritual que pueda ser exportada a Oriente. Inglaterra creó una academia de arte en la India, con la idea de instruir a los indios en una pálida imitación de la naturaleza. Los indios se levantaron y llenaron la academia con su estilo decadente y solar. Los indígenas INVADIERON Inglaterra. Por lo tanto, que florezca el comercio, cultura de Inglaterra.

Es posible conseguir que los gentiles se sienten en su tiempo libre, cada uno en su playa nativa, con el fin de contemplar su propia cultura, del modo en que se contempla una concha que por azar encontramos en la arena soleada; es posible soñar y escuchar en la concha la eterna corriente del pasado. Inglaterra no está en disposición de ofrecer un arte del futuro a sus colonias. El arte de salón no ha dado más fruto que un frío y vacío impresionismo italo-inglés.

EL ESFUERZO BELICO DE INGLATERRA debe encontrar su CENTRO en el arte. Que no se encuentra en los dibujos a pluma que oficiales y suboficiales realizan en las trincheras; ni en las tintas ni en los carboncillos que publica el «Graphic». El arte inglés del futuro no se encuentra tampoco en los obvios matices de los bosquejos del humorismo, que reconcilian al mundo con el espíritu realista de la lucha inglesa.

Inglaterra es ahora aliada del nervioso espiritualismo francés y del poderoso futurismo italiano, chauvinista y político. Pero a Inglaterra le falta la alegría de Italia y su claro y luminoso espiritualismo, esa visión mental de lo simple y de lo austero.

El idealismo de Inglaterra se encuentra en la función realista y gris de sus centros de trabajo. El arte de las colonias como un cajón de sastre del que extraer cultura.

Experimentos,

el arte de la guerra y de la posguerra debe encontrarse en Londres, el auténtico centro. De hecho, es posible encontrarlo ya en la pintura de NEVINSON, que acaba de exponer en Londres. Estaba de conductor en el frente, pero fue mandado a casa con los ojos abiertos y aquejado de fiebre reumática. En su obra expuesta se observa que a menudo se bajó del automóvil para estudiar la marcha de las tropas: la precisión endemoniada de una marcha mecánica e imparable. Usa el gris metálico y el azul acero. La mirada inglesa sobre las tropas francesas, con sus uniformes rojos y azules, nunca se diluye en una armonía cálida. Y la tensión de la guerra ha convertido su humor inglés en mueca. Lo esencial es la IMPLACABLE PERDURACION DE LA GUERRA, la determinación de Inglaterra, el derecho al imperialismo del ideal.
Nevinson ha dedicado parte de su tiempo a pintar los aeroplanos que surcaban el cielo, llenando el espacio con sus visionarios reflejos. La fría CLARIDAD inglesa DEL ESPIRITU se cierne sobre

LA BASE FIRME DEL REALISMO

Lo que caracteriza al arte plástico inglés no es el humor, sino es inteligencia sentimental. La gris solidez del imperialismo debe por tanto dar forma al cerebro. Londres puede extender su cultura comercial por todo el mundo, pero no es receptiva a las peculiaridades del mundo exterior.

El florecimiento del comercio es el auténtico
futurismo de Inglaterra

Francisco Sancha y Sileno. Dos ilustradores españoles de la Gran Guerra

Emilio Quintana
Estocolmo, Suecia

El punto de partida de este artículo es el texto "Mapa del iceberg (un siglo español)", de Juan Manuel Bonet que forma parte del catálogo El efecto iceberg. Dibujo e ilustración españoles entre dos fines de siglo (Madrid, 2011)

FRANCISCO SANCHA (1874-1936)

Francisco Sancha Lengo (Málaga, 1874 – Oviedo, 1936).

Pasó la guerra en Londres, donde residió diez años (1912-1922), dedicándose en buena parte a las artes decorativas. Fue aliadófilo. Destaca su majestuosa portada para la revista España (1915) en la que se inspira en el grabado de Durero «El caballero, la muerte y el diablo», convirtiendo a su principal protagonista en el emperador alemán. Hizo unas estupendas postales antialemanas a favor de The Victory. Destaca también «Fables up to date» (c. 1917):


En esta postal usa la fábula de la liebre y la tortuga para aplicar un animal a cada uno de los bandos. En la panoplia final de banderas victoriosas se puede ver aún la de la Rusia zarista y faltan las barras y estrellas de los Estados Unidos.

Su gran obra es el Libro de horas amargas, compuesto de refranes españoles (Birmingham, Percival Jones, 1917). En el Flickr del IES Luis Vélez de Guevara (Ecija, Sevilla) encontramos 2 estampas de Sancha que reproducimos más abajo.

Este libro es muy difícil de encontrar, y no es un caso aislado, ya que durante la guerra se publican en Gran Bretaña libros de propaganda, folletos, álbumes de fotografías y carteles. En el campo de la ilustración, la obra de Sancha mezcla magistralmente el sentido moderno de la publicidad y el pastiche de aire arcaizante.

PEDRO A. VILLAHERMOSA BORAO «SILENO (1870-1945)

Sileno (seudónimo de Pedro Antonio Villahermosa Borao, Zapagoza, 1870 – Madrid, 1945) hizo muchas ilustraciones alusivas a la Gran Guerra, tanto en Blanco y Negro como en el semanario satírico Gedeón. Tuvo cierta simpatía por Alemania -hay quien lo considera germanófilo con rasgos antisajones-, como gran parte de los partidarios de la neutralidad de España.

Destaca «El castillete de la neutralidad. Un demonio pongo yo mano en este tinglado» (Blanco y Negro, 1916) bajo la forma de un poste de alta tensión. También «España neutral» (Blanco y Negro, 1916) bajo la forma de una manola sobre fondo de industrias a pleno rendimiento. También alude a la neutralidad de Grecia (Gedeón, 1916) bajo la forma de dos hoteles enfrentados, uno de ellos ocupado por un soldado francés y el otro por un soldado alemán, que aparecen asomados al balcón.

En 1918 publica un álbum de Caricaturas (Madrid, Editorial Calleja, 1918), del que por fortuna tengo un excelente ejemplar. En el trazo de Sileno ha visto Francisco Nieva la influencia del expresionismo alemán de entreguerras.

sileno1_xoptimizadax-kA0--620x349@abcLa digitalización de los archivos de ABC y Blanco y Negro ponen a nuestro alcance todo el rico material de la época. Es muy recomendable la exposición Sileno. Tambores en la batalla. Crónica ilustrada de la IGM [Museo ABC. Madrid. 3 julio – 16 octubre de 2016]

Edith Warton y Nellie Bly: Da fronti opposti. Diari di guerra, 1914-1915 (2011)

Emilio Quintana
Estocolmo, Suecia

    Reseña | Edith Wharton y Nellie Bly: Da fronti opposti. Diari di guerra (1914-1915) (Roma, Viella, 2011). Introduzione, di Luisa Cetti (p. 7-30) - Edith Wharton, Viaggi al fronte. Da Dunkerque a Belfort (p. 31-114) - Nellie Bly, In prima linea sul fronte russo e serbo (p. 115-173)

Edith Wharton era una escritora neoyorquina que se había instalado en Europa después de divorciarse de un banquero de Boston. Le gustaba frecuentar la sociedad literaria parisina y escribir novelas. Con La edad de la inocencia (1920) se convertirá en la primera mujer en ganar el Permio Pulitzer de Literatura.

Nellie Bly era de Pennsylvania, de una familia venida a menos después de la muerte del padre, y se ganaba la vida como periodista desde los veinte años. Fue una de las primeras mujeres en tener una firma fuera de las páginas femeninas de los periódicos, así como en dedicarse al reportaje en vez de a la crónica de sociedad. Se hizo famosa en 1890 por contar para el gran público su vuelta al mundo en 72 días, que hizo bajo la inspiración de la novela de Julio Verne.

En 1914, cuando estalla la Gran Guerra, Wharton tiene 52 años y está en Francia; Bly tiene 50 años y se encuentra viajando por el Imperio Austrohúngaro. A pesar de que la guerra las pilla en ambos sitios por azar, las dos se ponen de parte de uno de los bandos. Salvando todas las distancias, se trata de un caso similar al de Antonio y Manuel Machado. Wharton toma partido por Francia. Bly (antibritánica de sangre, ya que sus abuelos eran irlandeses, y quien sabe si fascinada por las maneras anacrónicas de la Felix Austria) toma partido por el Imperio de los Hagsburgo.

El estilo de ambas escritoras es muy diferente, porque se dirigen a públicos diferentes. Edith Wharton publica en la prensa, pero es por encima de todo una escritora. Nellie Bly es una periodista nata, que busca atraer la atención del público que lee las cabeceras de la cadena Hearst. Mientras una tiende hacia los grandes temas, la otra tiende hacia lo cotidiano, incluso hacia lo amarillista.

Por lo demás, la norteamericana Edith Wharton es una «intervencionista», que piensa que los Estados Unidos deben entrar en el conflicto al lado de los Aliados (de hecho, en la posguerra Francia le concederá la Legión de Honor). La también norteamericana Nellie Bly sigue la orientación hacia la neutralidad de Hearst, la cadena de prensa para la que trabaja, llegando incluso a posiciones pacifistas.

Estamos, por tanto, ante dos visiones diferentes de la Gran Guerra escritas por dos escritoras norteamericanas de casi la misma edad pero desde diferentes puntos de vista. Lo que une a las dos es cierta mirada femenina de la guerra, vivida como acontecimiento traumático, sin ningún tipo de exaltación gerrera ni heróica, ni visiones épicas del campo de batalla. Como dice Luisa Cetti en el prólogo a este libro:

«i due reportage, scritti da zone di guerra tra loro lontane, raccontano orrori simili e gettano lo stesso sguardo smarrito eppure lucido sull´assurda violenza, lo spreco di vite umane e le inutili devastazioni del territorio».